miércoles, 11 de enero de 2012

líneas.



El mundo está lleno de líneas que nos separan de las cosas que deseamos, el problema es cuando esas líneas no están claras.

En pareja todos tenemos miedo de cruzar la línea.

Todos menos algunas personas: para ellas cruzar la línea es lo habitual, el problema es que nunca cruzan la línea solas.

Hay otras que desafían continuamente la línea que separa estar juntos de estar pegados.

Y otras que ni siquiera saben que existen.




Las líneas que hay en todas las relaciones son útiles, si todo el mundo sabe a qué lado de la línea está.

Nos empeñamos en poner límites a nuestra pareja, pero poner límites es prohibir.. y lo prohibido siempre es una tentación.

Sin tener en cuenta que el riesgo de caer en la tentación es que te expulsen del paraíso.

Aunque no poner límites tampoco es la solución: la única forma de que funcione el poner límites en la pareja es que los dos tengan el mismo.

Como estudiante de matemáticas, de límites entiendo bastante y sé que aprendes a respetarlos cuando has saboreado el placer de saltártelos.





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4 comentarios:

  1. Discrepo un poco. Siempre he considerado que los límites nadie te los impone sino que tú mismo decides donde establecerlos...

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  2. Eso es para los valientes, siempre está quien los prefiere impuestos y así culpar al otro en caso de saltárselos.

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